Siendo de Bermeo, Nerea ha vivido siempre rodeada de mar, por lo que se puede decir que el salitre brota de sus venas.
Su padre, sus abuelos, sus bisabuelos… fueron pescadores y su madre, sus abuelas y bisabuelas… rederas. Por lo tanto, durante muchos años ha vivido la crudeza, el sufrimiento, la soledad… del mundo de la pesca y el mar, y eso es lo que ha querido mostrar en sus obras.
Los protagonistas de sus obras de arte son, en la mayoría de los casos, rostros arrugados por el viento del mar y el duro trabajo, que muestran el paso del tiempo con orgullo, elegancia y dignidad. Asimismo, quiere mostrar el resto de los protagonistas relacionados con el mar: surfistas, peces, paisajes…
La mayoría de los cuadros del artista hacen mezclas de colores especiales, descubriendo el contraste efusivo que se produce en la combinación de colores oscuros e intensos. Mediante esta técnica trata de unir lo viejo y lo nuevo en un cuadro. De hecho, con la exposición pretende invitarnos a dar el salto a diferentes lugares y épocas.
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